El Individualista
Una personalidad dotada de una sensibilidad extra, emocional e intensa, que muy a menudo se comporta de manera individualista, como si los demás le hicieran sentir mal con demasiada facilidad. En este exceso de sensibilidad pueden sentirse heridos fácilmente y posicionarse en un papel de víctima incomprendida, lo cual se puede traducir en quejas, lamentos y reproches.
Pueden ser bastante dramáticos, con un sentido trágico de la vida y una percepción de sí mismos como defectuosa. Creen que sufren más que los demás, que no es justo y que nadie es capaz de calmarles. Muchas veces encuentran consuelo y expresión de sus debacles emocionales en diferentes formas de arte, sobre todo artes plásticas donde pueden plasmar ese intenso mundo interior que les caracteriza. Por esto son personas muy creativas, que ponen su atención en los aspectos más estéticos, sensibles o delicados de las cosas, que saliendo de lo habitual, de lo de siempre, encuentran lo nuevo, lo que otros no ven.
Les gusta saberse diferentes de los demás, creen que son originales, que los demás se parecen demasiado, como algo ordinario o vulgar y pueden reforzar esa originalidad mediante diferentes indumentarias o manera de expresarse o comportarse, algo que de alguna manera construya una imagen de “yo soy único, puede que tú te creas mejor, pero solo eres uno más…”
Pueden ser grandes compañeros, que te comprenden y que son muy capaces de empatizar contigo, aunque otras veces necesitan ser escuchados, les gusta hablar de sí mismos, a veces demasiado, y esto provoca grandes frustraciones puesto que si no les atiendes tanto como esperan de ti, si les dejas a medias con su relato, concluyen que no te importan, que a nadie importan, y que su vida es, en el fondo, una tragedia.
Su “Pasión” es la Envidia, y trata de un impulso por compararse con todo aquel que tenga lo que no tienen, con todo aquel que se muestre más feliz que ellos, con todo aquel que le confirme que no han tenido suerte, que son menos y que no pueden disfrutar de la vida como los demás porque les ha faltado algo…
Una manera muy efectiva de comprender los estilos de personalidad es a partir de personajes de series y películas, en esta página os dejamos algunos ejemplos…
Estrategia principal: Esforzarse por ser único
El eneatipo 4 se siente diferente, cree que los demás lo tienen más fácil en la vida y que pueden ser más felices, sin embargo de esa diferencia tratan de elaborar su identidad, como si pensaran “si, puede que tú tengas más suerte, pero yo soy especial”.
Esta identidad única y especial se apoya en una gran intensidad emocional, sienten muy sensiblemente sus emociones y con frecuencia las amplifican hasta verse absorbidos por ellas. Muchas veces ellos mismos ofrecen una imagen con algún elemento que les distinga, que nadie más lleve, dejando claro que no son como los demás…
En su mejor versión:
El Cuatro, con una personalidad sana y centrada, tiene la capacidad de ser muy creativo, gracias a su riqueza emocional, y su fértil imaginación se suele traducir en trabajos artísticos o de otros campos en los que aporta lo nuevo, lo original. Su profunda sabiduría emocional se traduce en una gran comprensión del ser humano y de todo su abanico emocional, en una capacidad para conectar y ser compasivos.
Tienen un importante sentido estético de la vida, valoran la belleza en todas sus formas y aportan esa sensibilidad que tanto se echa de menos en este mundo en el que vivimos.
La versión más neurótica:
En sus malos momentos este eneatipo sufre de sentimientos relacionados con una muy baja autoestima, se ve inferior a los demás, mala persona, defectuoso, envidioso, etc. Lo que más le destruye es un odio y culpa que siente hacia sí mismo y que proyecta en los demás, puesto que percibe que los demás también lo ven así.
La culpa se transforma en depresión y desconectan de sus relaciones, el carácter se hace muy reactivo y aparta a los demás anteponiendo el rechazo que cree que va recibir.
Otras veces el lamento y la victimización le vuelven extremadamente dependiente, una exagerada necesidad de atención, por la que solo se centra en sí mismo, acaba de cumplir su mayor temor, el abandono, el que los demás se alejen porque concluyen que nada pueden hacer…
La Pasión dominante: La “Envidia”
Muchos de nosotros no estamos del todo contentos con nosotros mismos tal y como somos, o con lo que tenemos, y muchas veces la vida de los otros o lo que tienen nos parece mejor. Por otro lado, cuántas veces nos hemos alegrado por la suerte que otra persona ha obtenido, porque ha conseguido un buen trabajo, una buena pareja, un premio, o por el contrario hemos lamentado que otra persona le haya salido algo mal. En cualquier caso, la buena o mala suerte de otros es algo que personalizamos, sea cual sea nuestra situación.
Constantemente comparamos lo que tenemos con lo que tienen otros, y la mayoría de las veces suele ser mejor lo de algún otro, tenemos cierta tendencia a proyectar plenitud, satisfacción, felicidad y otras cosas positivas en los demás y desde nuestro punto de vista siempre hay alguien que parece tener lo que a nosotros nos falta. La parte más oscura de la envidia la podemos ver cuando seguimos a quienes envidiamos buscando la parte criticable de ellos, tratando de calumniar, perjudicar o hacer mal de alguna manera, e incluso alegrándonos cuando sufren o algo les va mal.
Hay grados de envidia, empezando por la admiración hacia alguna persona que posee algo que nosotros desearíamos poseer, esto es algo que siempre está presente. En su grado más alto la envidia es un estado de profunda turbulencia y malestar, puede alcanzar el extremo de malicia o de odio. Si permitimos ese odio en nuestra alma veremos que es un intento de destruir la fuente de esa perturbación interna en un intento de restaurar la paz en nuestra conciencia.
La fijación: “Compensación”
Se trata de la idea de que el mundo ha sido injusto conmigo, que merezco una compensación por ello. Implica una comparación constante que lleva a confirmar que los otros tienen más suerte, a valorar más lo de los demás. Que tenemos derecho a sufrir y a quejarnos puesto que no somos como los otros, algo no nos han concedido y estamos en desventaja, y que debemos esperar pues esa compensación ha de llegar algún día.
Las Alas
Cada eneatipo tiene cierta influencia de los eneatipos de los lados, lo que llamamos las alas. Si un eneatipo tiene más influencia de una ala que de otra decimos que esa es su ala, aunque no siempre esto se define con claridad ayuda a distinguir un ala de la otra como un subtipo diferente.
Eneatipo 4 con ala 3
Se conoce como “El Aristócrata”
De los dos subtipos, este es el menos introvertido, el tres le imprime una fuerte ambición, con deseos de destacar, de ser exitoso, para lo cual tendrá también mayor sentido práctico. También oculta menos su obra, permitiéndose darla a conocer, ya que es a través de ello que hallará su sentido de la identidad. Cuida más de su apariencia personal que el subtipo cinco, mostrando un aspecto más distinguido y elegante.
Eneatipo 4 con ala 5
Se conoce como “El Bohemio”.
Este subtipo es doblemente introvertido y reservado, aunando esa tendencia del Cuatro y del Cinco. Muy dado a la introspección, crea más para ser fiel a sus propios procesos, que para los demás, tratando de hallar lo más auténtico de su identidad a través de su obra. El deseo de intimidad es intenso, pero le resulta más dificultoso, pero le cuesta tener fluidez social, resultando a menudo excéntrico e inadecuado.
Los Subtipos Instintivos
Los subtipos instintivos son el resultado de combinar un tipo psicológico con un instinto dominante. En la teoría del Eneagrama se contemplan tres instintos básicos: el de autoconservación, el sexual y el social; lo cual hace que, multiplicando por los nueve tipos principales, obtengamos 27 subtipos. No hay subtipos puros, sin embargo, en cada uno de nosotros influye de diferente manera un instinto u otro.
Autoconservación
Conocido como “Tenacidad”
Es un Cuatro que no lo parece, puede parecer más bien un rígido y disciplinado Uno, no muestra apenas la envidia, la siente con la misma intensidad, pero la soporta estoicamente, como si no tuviera derecho a quejarse. Hace del sufrimiento su virtud, como si dijera “mira cuanto soy capaz de sufrir sin quejarme en absoluto”. En su empeño por soportar pueden acabar haciéndose daño a sí mismos de una manera que roza el masoquismo.
Sexual
Conocido como “Odio/Competencia”
Es un Cuatro que parece estar siempre enfadado o que se va a enfadar en cuanto le digas algo que no le gusta. Son más demandantes y arrogantes, expresan mucha rabia y, muchas veces, de forma agresiva, como si fuera un Ocho. Es la personalidad más intensa del eneagrama, la envidia se magnifica con su instinto sexual y se hace insostenible, todo objeto de envidia es objeto de odio y la reacción interna es de destrucción, como un “si yo no lo puedo tener, tú tampoco…”.
Social
Conocido como “Vergüenza”
Es el más tímido de los Cuatros, el que se siente más diferente, único, el que se ve a sí mismo como un “patito feo”. Se avergüenzan de ser como son, de sus deseos y de la gran ambición que ocultan, creen que no merecen nada y desconfían de los que le dan valor porque creen que no son sinceros. Viven en un infierno de comparación social, los demás triunfan, son populares, y ellos solo sienten que les hacen caso cuando se quejan, como un niño que llora para conseguir la atención de su madre…
Eneatipo 4 en la pareja
Romántico e intenso, el eneatipo 4 espera mucho del amor y cuando llega el momento vuelca toda su intensidad emocional en la relación esperando que la persona amada le haga sentir completo, su gran necesidad de atención suele provocar, antes o después, una sensación de rechazo en la pareja cuando ya se vuelve demasiado demandante para sostenerla, y esto acaba siendo para el Cuatro la profecía autocumplida de que no merece ser amado, de que no es suficiente, le falta algo, y la pasión de la Envidia hace el resto, cada gesto negativo recibido es una confirmación de su propia insignificancia, y su sensación es que otra vez el amor le ha sido negado…
Eneatipo 4 en el amor
Eneatipo 4 en series y películas
Subtipo Autoconservación
Un tipo duro y resistente, capaz de soportar lo que haga falta. Una mirada de alma atormentada que se bate entre el dolor y la culpa, y una expresión de rabia contenida consecuencia de esa “envidia” característica de este eneatipo.
El subtipo auto-conservación es el 4 “contrapasional”, el Cuatro que menos muestra la envidia, la lleva por dentro como si no quisiera quejarse, como si aguantar sea lo que le convierte en bueno, es el Cuatro más sufrido, el más introvertido, una persona que va por la vida tragando todo el sufrimiento que se encuentra por el camino. John Luther es un buen policía, el mejor, y “los buenos polis cargan con la culpa de todo lo malo”.
Este subtipo se suele confundir con mucha frecuencia con un Uno, son personas muy eficaces, trabajadoras y cumplidoras. Sin embargo, Luther no es un Uno, es un “individualista” que quiere hacer las cosas a su manera, que puede con todo, que se aparta en las reuniones para pensar en el caso por su cuenta, o que toma el mando y cambia las reglas, porque las reglas están bien pero solo cuando funcionan.
Tiene una manera diferente de hacer las cosas, es, como buen Cuatro, más creativo, empático, capaz de comprender la condición humana hasta del alma más perturbada, muy hábil a la hora de meterse en la cabeza del asesino, de descubrir las razones que le han llevado a cometer el crimen y de saber cómo se siente, para anticipar el próximo paso y apresarlo.
No sigue los protocolos establecidos, hace lo que hay que hacer: “hago lo correcto, cuando las circunstancias son especiales se han de cambiar las reglas”, lo que importa son las personas, y que éstas no sufran.
Rebelde e impulsivo, desprecia el sistema y a las personas que lo representan, otra manifestación indirecta de su envidia. Él cumple, es disciplinado, pero primero son las personas, las víctimas. Le importa la gente, es afectuoso, cariñoso, fiel, incluso tierno, “es mi compañero y lo quiero”.
Luther sufre en silencio, sin quejarse, sin lamentarse. Incapaz de vivir en el presente revive el recuerdo de todas las desgracias que le han pasado, de las veces que se ha sentido culpable, como si no quisiera o no pudiera olvidar. Es como si prefiriese sentirse una víctima de la vida antes que hacer algo para mejorarla, su sufrimiento es su identidad, cada caso es su responsabilidad, cada víctima su carga, cada fallo su culpa…
Melancólico, cae en la desesperación después de que su esposa le abandone por otro. Es incapaz de aceptar que ella no quiera compartir su sufrimiento, que quiere vivir y disfrutar, lo cual solo hace que añadir más sufrimiento y confirmar la idea de no ser merecedor de amor, y ya que el amor es lo único que puede salvar a un Cuatro pierde la esperanza y las ganas de vivir.
Intrépido y temerario, siente un desprecio total por su propia existencia, y una tendencia al suicidio que le lleva incluso a jugar a la ruleta rusa, o a arriesgar su vida en varias ocasiones, como si nada le importara, como si quisiera poner fin a su sufrimiento, o quizás lo que pretende es sufrir más, saber cuánto dolor es capaz de soportar…
Por otro lado, como un buen Cuatro, empático y comprensivo, se compadece de las personas desfavorecidas, trata de ayudarlas, y además tiene esa extraña tendencia masoquista a aliarse con algunos de sus enemigos, como si olvidara por completo que le han querido hacer daño…
Un tipo rudo, capaz de caminar con una bala en la pierna como si ni se acordara de que le han disparado; capaz de ser golpeado, soportar el spray de defensa en los ojos, de recibir descargas eléctricas y aun así resistir y defenderse. Y por otra parte es incapaz de abandonar a su suerte a la chica de turno, aunque tenga que pagar un precio muy alto por ello…
En cualquier caso, es un buen “poli”, el mejor, se deja la piel en ello, haciendo honor a la pasión satélite de este subtipo “tenacidad”, luchando hasta las últimas consecuencias y resistiendo hasta el límite. Y si no puede salvar a alguien se atormenta y se fustiga, se mortifica como si lo hubiera matado él mismo, claro que desde su punto de vista: “esas personas estarían vivas si yo hubiera estado allí” …
Subtipo Sexual
Este subtipo se conoce por ser un Cuatro insufrible, a diferencia del E4 social y el E4 conservación que serían el sufridor y el insufrible, respectivamente. Insufrible porque es como si siempre estuviera enfadado, siempre se está quejando y lamentando de que no se le valora, de que no se le tiene en cuenta. Es un Cuatro que no muestra vergüenza, sino que la convierte y la oculta mediante una exagerada agresividad emocional, y sobre todo una arrogancia exagerada.
Según Claudio Naranjo la pasión satélite de este subtipo sería el odio, la envidia dirigida hacia el otro. Fermín nunca se reprime a la hora de acusar a cualquiera de tratarlo mal, de que no cuenten con él, y lo hace con absoluta vehemencia, como si todos tuvieran la culpa de su mala suerte en la vida, porque él en realidad es una persona de éxito, un espetero que triunfó en el pasado, (aquí siempre muestra un moco de la nostalgia propia de su eneatipo), y ahora nadie valora sus ideas.
Descarado y lleno siempre de rabia, pero en el fondo demanda amor, que alguien le demuestre que le quiere, aunque sea su compañero de piso, Vicente. Pero Vicente le abandona y Fermín no lo puede aceptar, se hace el duro pero quiere recuperar su amistad, sobre todo cada vez que se entera de que su amigo lo echa de menos, algo que recompone su destrozada autoestima, porque en lo más profundo siente que nadie lo puede querer, se sabe diferente, como si se le hubiera negado ese derecho.
Las relaciones sentimentales siempre son tempestuosas, una mezcla de no puedo vivir sin ti pero no te aguanto que se trasforma en una encarnizada lucha de poder.
Ataques de rabia, de celos, de envidia, siempre en la queja dirigida hacia alguien, no soporta cómo le tratan los demás, pero no es consciente de cómo trata él a todos. Su forma de hablar ya es agresiva sin que lo pretenda, parece a veces que más que hablar ladra, en realidad lo que sucede es que se anticipa al rechazo y empieza atacando, acusando al otro de no que no le tiene en cuenta, y el otro, claro, acaba rechazándolo. En resumen, insufrible.
Pero por amor lo que sea, o eso dice, en su interior vive un romántico, se tiene por un conquistador nato, un artista del amor, dispuesto a escribir poesía y a declararse de rodillas. Un ser agresivamente sensiblero, algo difícil de sostener, pero que tiene un gran corazón que nadie ve, que nadie valora, y eso le da mucha rabia y le enfada, siempre con rabia, siempre enfadado…
Subtipo Social
Tímida, muy tímida, parece que no quiere estar ahí pero está pendiente de todos, como tratando de confirmar que nadie la ve, que no existe para ellos.
Parece poca cosa, pero cuando la provocan suelta lo que piensa de la manera más trágica que sabe, como si el mundo fuera una banalidad absurda donde le ha tocado vivir su condena, su papel de víctima perpetua.
Individualista, se siente diferente a todos, se viste diferente a todos, no quiere ser una más, cree que no encaja y que nadie se va a fijar en ella, incluso dice que no cree que le haya gustado nunca nadie, cuando sorprendida escucha la declaración de amor de su compañero el Dr. Bravestone.
La envidia le provoca ese mal carácter ante la prepotencia de otros, esa maldad que siente en su interior y que expresa a veces con ironía, como cuando se dirige a la presumida Bethany: -¿Vas a ayudar? ¿O eres muy guapa?
Le cuesta mirar a los ojos cuando habla, la vergüenza le impulsa a separarse de los demás anticipando que todos creen que no vale. Incluso con su nuevo cuerpo perfecto es incapaz de desplegar sus encantos, como si no fuera con ella, como si fuera una tontería que lo intente. Pero por suerte para todos descubre que en su interior hay un tesoro por descubrir, sobre todo para ella, y acaba con los malos y se enamora del chico de la clase