El Ayudador
El nombre del Ayudador hace referencia a un comportamiento que busca agradar, una actitud de servir al otro, de complacerle para obtener su simpatía y con ello sentirse importante. Otras veces no es ayudar la estrategia que utilizan, puede ser mediante una imagen agradable, atractiva o muy sensual, o también mediante una locuacidad con la que trata de posicionarse por encima de los demás.
Son por lo tanto personas sociables, simpáticas, encantadoras, y con una gran facilidad para hacer que te sientas bien en su presencia. Les gusta participar en la vida de los demás, descubren enseguida lo que te hace feliz, te preguntan, te observan y conectan contigo. Otras veces ese empeño en conectar se traduce en una invasión de la intimidad, y esto desencadena con frecuencia una reacción negativa en el otro ante la cual el orgulloso se ofenden con mucha facilidad.
Su “Pasión” es el Orgullo, un impulso por agrandar la autoimagen de sí mismos, una autoimagen de de amor abundante, de importancia, y si quieren sentirse importantes es por una necesidad de elevar su autoestima por todo lo alto, ellos dan, son afectuosos, atentos, etc., pero si no reciben agradecimiento de alguna manera, se sienten maltratados, su autoestima reacciona rápido para protegerse y te pueden ignorar como si no fueras nadie o llegar a desencadenar una agresividad fulminante hacia ti que te pilla por sorpresa.
Su orgullo les posiciona por encima de los demás, se sienten abundantes, ellos dan porque tienen más y por esto no suelen reconocer sus propias necesidades, la imagen que quieren representar es de suficiencia, de felicidad, de poder sobre sí mismos y sobre los demás. Sería algo como “qué suerte que he tenido de ser yo…”.
Una manera muy efectiva de comprender los estilos de personalidad es a partir de personajes de series y películas, en esta página os dejamos algunos ejemplos…
Estrategia principal: Esforzarse por estar conectado
El eneatipo 2 es una representa a una persona emocional, con un impulso importante por expresar estas emociones mediante la conexión con los demás. Lo más difícil para un Dos es estar solo, disfrutan de la compañía de otras personas y les gusta expresar y despertar emociones. Son personas agradables, positivas y con una gran facilidad para hacerte sentir bien.
En su mejor versión
Son personas que desean hacer felices a los demás, sin esperar nada a cambio, simplemente porque sienten que esta es su misión. Ayudan quien más lo necesita, a los que más sufren, solamente por mejorar el mundo con su granito de arena. Ofrecen un amor incondicional, capaces de amar al pecador, no al pecado.
Tienen una gran capacidad para ver en los demás la bondad, la esencia de lo que todos estamos hechos y conectan fácilmente con ello. Pueden comprender y sentir profundamente al otro.
La versión más neurótica
El Orgullo se hiere muy fácilmente y la necesidad de restablecerlo es imperiosa, la manera de hacerlo es totalmente reactiva, mediante formas agresivas e invasivas. Los límites de los demás no se respetan, se sienten con derecho a exigir, a ser adorados, y creen que el otro tiene la obligación de adorarlos.
La manipulación es absoluta, todo está pensado para llamar la atención y si no lo consigue puede utilizar el desprecio, la culpabilización e incluso las amenazas.
No reconocen su necesidad del otro, lo expresan como una injusticia que han cometido con ellos y por eso justifican tan efusivamente su comportamiento.
La Pasión dominante: “El Orgullo”
El orgullo reside en valorar e invertir energía en cómo nos gustaría vernos a nosotros mismos, nuestra imagen idealizada, más que percibirnos directamente, como realmente somos.
Así, con la imagen idealizada de ser una persona digna de ser amada, es primordial, para un tipo Dos, invertir en cómo es percibida por los demás, sobre todo por las personas que cree importantes o especiales, con lo que su sentimiento de orgullo sube o baja dependiendo de lo que esos otros sienten o piensan de él.
Además, es fundamental observar que, la diferencia entre nuestra realidad y cómo nos gustaría a nosotros que fuera ésta, puede resultar intolerable, y por ello a menudo tratamos de escapar mediante un engrandecimiento orgulloso de nuestra imagen interna.
El grado de discrepancia entre nuestra realidad y la imagen agrandada de nosotros mismos refleja cuánto nos hace sufrir la realidad, y cuanto menos esté nuestro orgullo basado en la realidad más frágil es. El mecanismo del orgullo es en sí una polarización de valores, con un polo compensando el otro y con el esfuerzo de situarnos en el polo positivo, y como sus raíces están puestas en una imagen inflada de valor, es fácilmente dañada.
Con la imagen idealizada de un ser humano amoroso, la inversión en cómo es recibido por personas a las que considera importantes es primordial para un Dos. Su orgullo aumenta o cae en función de lo que estos “otros” especiales sienten hacia él o cómo se relacionan con él.
La fijación: “Privilegio”
Privilegio: La idea de que soy especial y eso me da derecho a una posición de privilegio. La convicción de que poseemos algún don que nos convierte en especiales, que consigue que todo el mundo nos quiera y que podamos lograr todo lo que deseemos sin despertar envidia. Se trata de una imagen interna sobrevalorada pero que necesita que los demás lo confirmen. Está normalmente arraigada a la infancia, a la imagen de ser el centro de atención y la intolerancia a la frustración.
Las Alas
Cada eneatipo tiene cierta influencia de los eneatipos de los lados, lo que llamamos las alas. Si un eneatipo tiene más influencia de una ala que de otra decimos que esa es su ala, aunque no siempre esto se define con claridad ayuda a distinguir un ala de la otra como un subtipo diferente.
Eneatipo 2 con ala 1
Se conoce como “El Servidor”.
El Dos teñido por el Uno tiene remarcado el servicialismo, particularmente asumiendo aquellas tareas que otros rechazarían. Se acentúa su característica sacrificada, dedicándose con frecuencia a trabajar con personas en situación precaria que necesiten de esta actitud filantrópica. Es más introvertido y serio que el subtipo con ala tres, y también más austero en su presentación al mundo.
Eneatipo 2 con ala 3
Se conoce como “El Anfitrión”.
Se trata de un ayudador con un toque de distinción que le otorga el ala tres, un Dos más vistoso, más engalanado, que redobla su énfasis en agradar. Sabe cómo hacer sentir bien a los demás, disfruta ofreciendo sus cualidades como un regalo, pero sin que ello implique tanto sacrificio como cuando tiene el ala uno.
Los Subtipos Instintivos
Los subtipos instintivos son el resultado de combinar un tipo psicológico con un instinto dominante. En la teoría del Eneagrama se contemplan tres instintos básicos: el de autoconservación, el sexual y el social; lo cual hace que multiplicando por los nueve tipos principales, obtengamos 27 subtipos. No hay subtipos puros, sin embargo en cada uno de nosotros influye de diferente manera un instinto u otro.
Autoconservación
Conocido como “Privilegio”
Es el Dos más emocional, suele ser el que más se vuelca en ayudar a los demás o muestran más sus necesidades para que le confirmen lo importante que es, como un niño pequeño que todo el mundo quiere contentar. La sensación de privilegio es la confirmación de su posición de grandeza, su orgullo se alimenta de ser el centro de atención, de ser amado por un “yo lo valgo”. Pueden utilizar grandes dosis de manipulación y de enfados tipo “berrinche” cuando no se salen con la suya.
Sexual
Conocido como “Seducción”
Es el Dos más pasional, más intenso. Puede parecer un Ocho cuando está contrariado. Su impulso es por seducir, por gustar, por dejar a los demás hipnotizados ante su sensual atractivo. El amor es la palabra que lo abarca todo, todo vale en nombre del amor, por amor son capaces de cualquier cosa, y de justificar cualquier comportamiento, por muy indecente que sea… Posesivos y celosos, les gusta llevar al otro de la mano y dirigirlo.
Social
Conocido como “Ambición”
Este es un Dos más mental, desarrolla estrategias elaboradas para ser una persona influyente, para tener el poder y hacerse importante ante el grupo. Pueden ser grandes líderes, saben tratar a los demás para ponerlos de su lado y tienen una sorprendente habilidad para acumular favores que luego puedan utilizar para conseguir más poder. Muchos se confunden con un tres, pero su expresión emocional, su manera de acercarse a los demás, los diferencia.
Eneatipo 2 en la pareja
El eneatipo 2 en la relación de pareja necesita una constante atención por parte del otro, su orgullo necesita muestras de amor y de dedicación que confirmen el amor que merecen. Por otra parte son muy desprendidos afectuosamente hablando, son cariñosos, atentos y se esfuerzan mucho por saber lo que te hace feliz, aunque algunas veces no son conscientes de que no todo el mundo expresa su amor de la misma manera y esperan que tu hagas lo mismo que ellos, y esto genera muchos conflictos.
Eneatipo 2 en el amor
Eneatipo 2 en series y películas
Subtipo autoconservación
Alba Recio, la reina de los cupcakes. Simpática, cariñosa y sonriente. Siempre con una actitud femenina, tratando de agradar a todos. Exigente, el orgullo pide reconocimiento, tienen que valorarla, aceptarla y amarla; y si no, se enfada, como una niña pequeña cuando coge un berrinche.
La actitud del eneatipo 2 suele ser la de una niña que no ha madurado, que todavía espera que la quieran por su gracia, por ser guapa o por ser buena, pero siempre por lo que es, no por lo que hace.
Esa actitud, de apariencia inmadura, no impide que tengan un carácter fuerte, con mucho genio y sobre todo con muchos cambios de humor.
El orgullo conlleva una necesidad de sentirse superior, que se tiene mucho o que se es mucho, y si cualquier persona la trata con desprecio reacciona de inmediato, alguien que vale mucho no debe tolerar que la traten como a otra cualquiera.
Alba disfruta cocinando cupcakes para regalar y hacer felices a los demás. Es frecuente que hagan regalos, que tengan detalles con los demás, que se preocupen mucho del otro, etc., siempre hay detrás la intención, más o menos inconsciente, de sentirse importante.
Subtipo autoconservación.
Una princesa. Está acostumbrada a que se le concedan todos los caprichos, “porque yo lo valgo”, y si no es así entra en un estado de rabia e indignación. Es un Dos que sí muestra sus necesidades, pero no como una petición sino como una información, para que sepas lo que le hace feliz y se lo concedas. Ella es lo más importante que tienes, así que eres muy afortunado por poderla complacer y a cambio te concederá todo su apasionante y posesivo amor, si eres capaz de soportarlo, claro.
Muestra un comportamiento inmaduro y caprichoso, con continuos cambios de humor, le gusta llamar la atención para sentirse importante, ella es la más glamourosa de todas, por eso monta una pasarela de moda en su piso. Puede pasar de la euforia a la tristeza en pocos segundos, y luego reponerse como si no hubiera pasado nada. Nada muy diferente de una niña pequeña que chilla cuando no le hacen caso, llora cuando se le riñe y en cuanto repone su orgullo herido vuelve a hacer monerías para que todos la adoren.
Lo más importante es ser amada, sin condiciones, solo porque ella lo merece, sin tener que hacer nada. No se la puede querer a medias, ni tener otros intereses, quiere saber que ella es lo más importante para ti, que solo deseas estar con ella y a todas horas. Y si traicionas ese amor eres un monstruo, un desagradecido, pues te ha concedido la gracia al escogerte como pareja y ahora solo te debes a ella. La tienes que satisfacer en todo, mimarla, acariciarla, adularla, pero eso si, cuando ella lo diga, también le gusta rechazar de vez en cuando para sentirse opulenta de amor, rebosada, como si tuviera tanto amor que le sobrase y necesitase quitárselo de encima. Pero no te quejes, que te quiere, y eso es suficiente para aguantarle todo…
El orgullo teñido por el instinto de conservación la puede convertir en una fiera peligrosa cuando se siente amenazada, se puede confundir perfectamente con un eneatipo Ocho. Cuando quiere algo más te vale dárselo, no va a ceder, y además, en cuanto se lo des te va a dedicar una cara angelical y una mirada amorosas, como si en el fondo no te dieras cuenta de que complacerla es lo mejor que te pueda pasar. Toda una representación teatral, un personaje que pretende ser amoroso y encantador, pero en su interior hay un animal que solo ama su propia supervivencia, que percibe un mundo en el que si nadie te quiere no eres nada.
Subtipo social
Sophie Devereaux, la estafadora. Como buen eneatipo 2 es capaz de embaucar a cualquiera con sus encantos. Extremadamente emocional, le gusta el drama e interpretar personajes, sobre todo aquellos en los que se siente importante y poderosa, y consigue que cualquier hombre caiga rendida a sus pies.
Ella cuida de Nathan, el cerebro del grupo, se preocupa por él e intenta hacerle cambiar, y sobretodo desea que él se enamore de ella y lo deje todo para empezar juntos una relación. Es habitual que el eneatipo Dos intente conseguir relacionarse con aquella persona que considera valiosa y conquistarla para obtener una posición dominante a través de él, influyendo en sus decisiones y ejerciendo el poder de forma indirecta.
El orgullo la conduce a menudo a hacer las cosas de forma diferente a los demás por el simple hecho de no seguir las órdenes o indicaciones del jefe, ella demuestra su voluntad propia cuando siente que tiene la situación dominada y a todas las personas implicadas bajo control.
Experta en representar diferentes personajes en función de las demandas de la situación, mantiene su verdadera identidad oculta, como una manera de no sentirse vulnerable y de ocultar aspectos de su vida que no encajen en la impresionante imagen de sí misma que ha construido.
Dramática e histriónica, casi siempre para manipular y conseguir salirse con la suya. Sin embargo, se intuye una personalidad caprichosa, propia del subtipo conservación, en la que le cuesta enormemente aceptar que las cosas sean como a ella le gustan y que compensa su frustración con aires de “estoy por encima de eso”, “eres tú el que me necesitas a mí”.
Subtipo autoconservación
El Orgullo es la pasión característica del eneatipo 2, y aunque se muestre de diferente forma en una persona u otra, se trata de un engrandecimiento de la propia imagen, una imagen idealizada, inflada de importancia, valor o poder. Para mantener esta auto-imagen el orgulloso desarrolla una serie de estrategias como, dar, ayudar, hacerse importante o indispensable, con las que pretende que el otro le confirme que está tratando con una persona especial. Es por esto que no suele aceptar sus propias necesidades, sino que pone la atención en las necesidades de los demás con el fin de saber dónde actuar, quiere posicionarse en el lugar del que da, porque es el que tiene, porque ha sido tocado por la gracia de Dios, y los demás no. Siente que es todopoderoso, pero necesita ser necesitado, que ha nacido para amar, pero necesita ser amado, que tiene el poder de hacer feliz a los demás, de aliviar su sufrimiento, que puede, sabe y lo hace, y por eso es una persona especial.
El instinto de conservación convierte el orgullo en la voluntad de atender a los demás, de que estén bien cuidados, de ser la persona que proporciona la felicidad y el bienestar, sin la cual los otros no estarían bien. Este tipo de personalidad orgullosa muestra a veces sus necesidades, pero no pide nada, pedir supondría rebajarse a la altura del otro, espera que los demás, por agradecimiento le den todo ese amor que necesita, y sin el cual nada tiene sentido. Recibe ese amor desde una actitud infantil, queriendo ser el centro de atención, aquella a la que todos quieren agradecer mimar y halagar, y como una niña, da su amor a los demás, sin prejuicios, con empatía y cariño, sin esperar más que ese amor sea recibido por el otro y sea suficiente para hacerle feliz.
A menudo, de tanto cuidar de los demás se descuidan de sí mismos, entendiendo el sacrificio como una forma elevada de amor y entrega, lo cual alimenta más su orgullo, sin embargo el otro debe reconocerlo, si no es así, se convierte en orgullo herido, y está herida puede llevar a una profunda tristeza o a una ira aplastante que, en cualquier caso, pretende restablecer su posición de superioridad, que no quede duda de que es una persona que todo lo puede con amor y que todo lo merece por amor, porque es de amor de lo que está hecha, y no necesita nada más.